Contracturas musculares: Qué son, por qué aparecen y cómo prevenirlas

Publicado por Ana Maria Lajusticia USA en

Introducción

¿Te has preguntado por qué te aparecen esos nudos en la espalda, calambres o tensión en los músculos? Aunque solemos culpar al estrés o a una mala postura, hay un mineral fundamental para evitar las contracturas: el magnesio. En este artículo hablaremos de qué son realmente las contracturas musculares, por qué surgen, cómo prevenirlas y qué estrategias naturales pueden ayudarte a cuidar tus músculos día a día.


¿Qué es una contractura muscular?

La contractura muscular es un acortamiento involuntario de uno o más músculos, y puede ser temporal o prolongado, doloroso o no. 
Este término también abarca otros tipos de contracciones musculares, como los calambres o espasmos, que son anomalías en las fibras musculares. 
Los calambres, de hecho, también se consideran contracturas: son intensos, muy dolorosos, pero de corta duración y suelen aliviarse con estiramientos. 


Tipos de contracturas musculares

  1. Contracturas dolorosas (primarias / álgicas)

    • Se contraen de forma involuntaria y muscular, y no siempre pueden relajarse completamente, dejando una sensación de “bolo” doloroso.

    • Aparecen tras esfuerzos físicos sin preparación, por mala postura o por tensión acumulada. 

    • Incluyen los calambres, que son contracturas intensas pero breves, por ejemplo, el calambre nocturno en la pantorrilla. 

  2. Contracturas no dolorosas (“análgicas”)

    • No duelen tanto, pero el músculo pierde elasticidad o movilidad. 

    • Ocurren por falta de uso, tras cirugía o períodos sedentarios. 

  3. Contracturas protectoras (“anti-álgicas”)

    • Son una forma de respuesta defensiva del cuerpo: los músculos se “bloquean” para proteger una zona que duele. 

    • Pueden aparecer, por ejemplo, cuando llevas días con dolor lumbar y los músculos se contraen para estabilizar la zona. 


¿Por qué se producen las contracturas?

  • Desequilibrios minerales: la falta de magnesio, calcio o potasio puede dificultar la relajación muscular y favorecer contracciones.

  • Deshidratación: especialmente en días calurosos. El agua es esencial para prevenir calambres y contracturas, no bastan bebidas diuréticas. 

  • Fatiga muscular: cuando un músculo está agotado, acumula ácido láctico y carece de energía para relajarse correctamente. 

  • Problemas neuromusculares o metabólicos: enfermedades como diabetes o hipotiroidismo, o ciertos medicamentos, pueden aumentar la posibilidad de contracturas. 


El papel del magnesio en las contracturas

El magnesio es clave para la relajación del músculo tras la contracción y para equilibrar otros minerales esenciales. 
Cuando los niveles de magnesio son bajos —algo relativamente frecuente—, pueden aparecer calambres y contracturas. 
Su suplementación puede ayudar a prevenir estos problemas y facilitar la recuperación muscular tras esfuerzos intensos. 


Magnesio por dentro y por fuera

Uso tópico – Aceite de magnesio:

  • Cloruro de magnesio aplicado sobre la piel, ideal tras la ducha, ejercicio o masaje. 

  • No requiere digestión; muy útil si no puedes tomar magnesio oral. 

  • Cómo usarlo: al final del día, antes y después del ejercicio, o durante masajes para relajar los músculos. 

  • Se aplica en la zona deseada, se masajea suavemente hasta absorberse. Puede provocar un ligero cosquilleo. 

Suplemento oral – Magnesio Total® 5:

  • Fórmula con 5 fuentes de magnesio, alta absorción y buena tolerancia digestiva. 

  • Ayuda en la síntesis de energía, favorece el descanso y la recuperación muscular. 

  • También colabora en la gestión del estrés, uno de los principales desencadenantes de contracturas. 

  • Variante con harpagofito: aporta efecto analgésico e antiinflamatorio, útil en dolores por sobrecarga. 

  • Precauciones: evitar si hay insuficiencia renal, úlceras o cálculos biliares. 

  • Dosis recomendada: 2 comprimidos al día con agua, junto con desayuno y cena.


Otros remedios naturales para aliviar las contracturas

  • Aplicar calor o frío: calor para contracturas crónicas o por tensión; frío si la contractura es reciente o está inflamada. 

  • Estiramientos suaves y ejercicios de movilidad articular para reducir la rigidez. 

  • Relajación y respiración consciente: ayudan a disminuir el estrés y la tensión muscular.


Consejos para prevenir contracturas a largo plazo

  • Asegura un buen aporte de magnesio en tu dieta y/o con suplementos. 

  • Cuida tu postura en el día a día, especialmente cuando estás sentado o frente al ordenador. 

  • Duerme al menos 7 horas por noche para favorecer la recuperación muscular. 

  • Mantente activo y ejercita regularmente para fortalecer y mantener la elasticidad de tus músculos. 

  • Hidrátate correctamente: bebe agua a lo largo del día y evita bebidas diuréticas o energéticas. 


Conclusión

Prevenir y tratar las contracturas musculares requiere un enfoque integral: mantener niveles adecuados de magnesio, cuidar la postura, descansar bien y usar remedios naturales como el aceite de magnesio o estiramientos. Con estos hábitos puedes reducir la frecuencia y la intensidad de las contracturas, además de mejorar tu recuperación muscular día a día.

 

Adaptado de: Contracturas musculares: qué son realmente y cómo prevenirlas, Blog Ana María Lajusticia.


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