¡Vuelve a la rutina con ganas!

Llevas semanas acostándote o levantándote tarde, pasando horas en una hamaca o en el sofá, con tus seres queridos. Quizás también hayas visitado muchos lugares y hayas disfrutado de su gastronomía, pero todo tiene un final… ¡es hora de volver a la rutina!

Volver a encaminarse para volver a casa, retomar el trabajo, los estudios o las obligaciones suele costar mucho.

Algunas personas llegan a sufrir el famoso síndrome postvacacional, basado en la tristeza, el decaimiento y el agobio por tener que volver a afrontar tareas y tener menos tiempo libre. Así que estos consejos te serán muy útiles para volver a tu rutina con ganas después de las vacaciones.

Cómo volver a la rutina con ilusión

La clave es empezar con una buena actitud. Tener pensamientos negativos o insistir en que ya no puedes seguir haciendo lo mismo que en vacaciones, sólo empeorará la situación. Intenta ver el vaso medio lleno y céntrate en todo lo bueno que también tienes en tu rutina: tener trabajo, ser más activo, sentirte productivo, quedar con tus compañeros, el café que tomas en los descansos, ir a la gimnasio o ir de compras juntos...

La gratitud por lo que tienes te ayudará a valorar más las partes positivas de la vida. Al mismo tiempo, evita rodearte de noticias o relaciones tóxicas, logrando relaciones fuertes y saludables con los demás que te harán sentir que tienes un buen apoyo en caso de que lo necesites, en días tristes o conflictivos.

Para hacerlo más llevadero, durante los primeros días de tu reincorporación cubre las cosas más importantes, planifica diariamente objetivos realistas y mantén tu mente ocupada. Crear un nuevo proyecto ayuda mucho a volver con ganas a la rutina después de las vacaciones, considéralo. Además, ahora tienes la mente fresca y eso contribuirá a la creatividad y la motivación. ¡Seguro que es un éxito!

La importancia del deporte y de una dieta equilibrada

Una vez más, lo segundo más importante es cuidar la alimentación y moverse lo suficiente. Son muchas las personas que en periodos de tristeza, aburrimiento o estrés sienten hambre emocional, es decir, cierta sensación de ansiedad por la comida en general o por algunos alimentos que suelen ser de baja calidad nutricional: chocolate con leche, patatas chips, bolsa, dulces. , embutidos… Evítalo y vuelve a una dieta saludable y pierde esos kilos que solemos ganar en verano por los excesos.

Preocúpate también por alimentar tu Sistema Nervioso con carbohidratos complejos, triptófano, vitaminas del grupo B, hierro y ácidos grasos poliinsaturados. El triptófano es un aminoácido esencial que ayuda en la producción y mantenimiento de proteínas, músculos, enzimas y neurotransmisores como la serotonina, también llamada “hormona de la felicidad”. Por este motivo se recomiendan 2 comprimidos diarios del complemento alimenticio Triptófano con Magnesio y Vitamina B6 . Ayudarán a nuestro equilibrio emocional, estando más animados y relajados durante esta época del año. Si algo tan básico como tener un sueño reparador te resulta complicado ¡entonces elige la variedad con Melatonina!

Además de comer bien, está comprobado que el deporte es de gran ayuda para mejorar el estado de ánimo, al regular las hormonas del estrés. Los altos niveles de estrés ponen a prueba nuestro cuerpo porque nos hacen sentir en un estado de alerta constante que requiere mucha energía y nos agota. Como consecuencia, podemos desarrollar problemas físicos y psicológicos, como dificultad para concentrarnos, trastornos del sueño o problemas digestivos. El ejercicio regular ayuda a controlar el estrés, agranda las cámaras del corazón, mejora la presión arterial, ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y reduce el deterioro. Así, combinar el trabajo aeróbico con ejercicios diarios moderados te convertirá en una persona más feliz.

No te olvides del cuidado personal, intentando estar en equilibrio por dentro. Al salir del trabajo, dedica menos tiempo a la tecnología y busca siempre conectar con la realidad, recurriendo a actividades que te motiven y te hagan crecer personalmente, y a técnicas de relajación, como la respiración profunda, el yoga o la meditación, que ayudan a reducir la presión arterial, la tensión muscular. tensión y estrés.

Y si estás teniendo un mal día, simplemente acepta las emociones negativas. Aprender a no castigarnos por cometer errores o sentirnos débiles se relaciona con una menor probabilidad de sufrir ansiedad, depresión o baja autoestima, por lo que nos ayuda a cuidar nuestra salud mental. Se trata de no estresarse, de volver a la rutina de forma progresiva, sin efectos secundarios por el camino. Planifica de forma realista y sin agobiarte si no consigues todos tus objetivos desde el principio. ¡Quien hace lo que puede, no está obligado a hacer más!